Ya es una realidad ver por las carreteras automóviles que se desplazan mediante motores de hidrógenos propulsados por una pila de combustible del mismo elemento. Es el caso del Toyota Mirai que ya se han vendido centenares de modelos en España con un precio mínimo a partir de 70000 euros.
La parte más “bonita” de este coche es que no contamina en absoluto, porque transforma el hidrógeno en energía y no tiene gases contaminantes que afecten a nuestra atmósfera ya que el elemento que elimina no es otro que vapor de agua.
La pregunta que nos hacemos todos a la hora de pensar en el futuro de los automóviles es:
¿Es posible que un vehículo funcione usando agua como combustible?
La respuesta es obvia, no. No es fácil explicarlo, pero el agua en sí es un elemento que deriva de la liberación de energía causada en la fusión del choque entre partículas de hidrógeno y oxígeno. Por lo cual, al realizarse este proceso, el agua desprende toda la energía y queda inutilizable como combustible.
Si utilizásemos agua como combustible tendríamos que añadir elementos en su compuesto que sean capaces de liberar energía, incendiándose al entrar en contacto con el oxígeno.
Todo esto llevaría tras de sí una contaminación, por lo que supongo que queda claro que no es el combustible ideal si queremos ser solidarios con el planeta. Muchos son los investigadores que día a día trabajan realizando estudios acerca de la energía nuclear, gracias a esta se podría conseguir que el agua pura se pudiese utilizar como combustible, sin la necesidad de añadir ningún otro elemento para que fuese apta para su funcionamiento. La mejor opción bajo la opinión de los expertos es utilizar un coche con un motor de hidrógeno.
Espero que os haya gustado el artículo, puede que haya usado lenguaje muy específico dentro de los campos de la física y química, pero no había otra forma de explicarlo.