El volante es una de las partes más icónicas de cualquier coche. Ha pasado por una evolución fascinante desde sus inicios hasta convertirse en el centro de control multifuncional que conocemos hoy.
A finales del siglo XIX, cuando los automóviles comenzaron a aparecer en las calles, el control de estos vehículos era muy diferente a lo que conocemos hoy. Los primeros coches no tenían volantes. En su lugar, se usaban palancas y timones, similares a los de los barcos, para dirigir el vehículo. No fue hasta 1894 cuando Alfred Vacheron, un pionero del automóvil, instaló un volante en su Panhard para competir en una carrera de París a Rouen.
El uso del volante demostró ser mucho más cómodo y preciso que los timones y palancas. Así, a principios del siglo XX, los volantes comenzaron a convertirse en un estándar en los vehículos. Los primeros volantes eran simples de madera o metal. La dirección era mecánica, lo que significaba que requería un esfuerzo considerable, especialmente en vehículos más grandes.
En la década de 1950, se produjo un avance significativo con la introducción de la dirección asistida hidráulicamente. Este sistema facilitó mucho la tarea de girar el volante, especialmente a bajas velocidades o cuando el coche estaba parado. La dirección asistida se convirtió rápidamente en una característica estándar, mejorando la experiencia de conducción para todos. En las décadas de 1960 y 1970, comenzaron a aparecer volantes acolchados y con diseños más ergonómicos, mejorando tanto la seguridad como el confort.
Fue en los años 1980 y 1990 cuando los volantes empezaron a llenarse de botones. Principalmente, estos botones controlaban funciones básicas como el claxon y las luces. Sin embargo, a medida que la tecnología avanzaba, los volantes comenzaron a integrar controles de audio, control de crucero. En los años 90 y 2000 el avance tecnológico aceleró la evolución del volante. Con la popularización de los sistemas de airbags, los volantes fueron rediseñados para incorporar estos dispositivos de seguridad, lo que también afectó su forma y estructura. Además, los volantes comenzaron a integrar más controles como la gestión de llamadas telefónicas.
Hoy en día, los volantes son mucho más que simples herramientas para dirigir el coche. Son verdaderos centros de comando, llenos de tecnología que facilita y mejora la experiencia de conducción. Los volantes modernos pueden incluir controles para:
Sistemas de Infoentretenimiento: Permiten al conductor controlar la música, recibir llamadas y acceder al sistema de navegación sin quitar las manos del volante o control por voz.
Asistentes de Conducción: Botones para activar el control de crucero adaptativo, asistentes de cambio de carril, y otros sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS).
Configuraciones del Vehículo: Ajustes de la suspensión, modos de conducción y configuraciones del climatizador
Es cierto que existen otros volantes diferente como el que se usa en los vehículos de TESLA pero el futuro del volante está ligado a la evolución de los vehículos autónomos. Algunos fabricantes ya están experimentando con volantes que incluyen pantallas táctiles integradas, veremos hasta qué punto evoluciona esta pieza del coche.