La creación de los coches híbridos enchufables o vehículos PHEV fue para reducir el CO2 de nuestras ciudades y poder pasar a una transición eléctrica en cuanto a movilidad. La función principal de estos coches es la de maximizar todos los kilómetros posibles recorridos en modo eléctrico a diario, para que una vez terminado la jornada laboral o el día se deje cargando todas las noches y así poder aprovechar su batería eléctrica al día siguiente.
A diferencia de los vehículos 100% eléctricos es que los PHEV pueden circular sin haber sido recargados ya que la mayoría cuenta con un motor de gasolina que esto resulta más cómodo a sus conductores. Pero se ha realizado un estudio, a cargo del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) para saber si los híbridos enchufables realmente alcanzan el máximo beneficio en cuanto a reducir emisiones, pero en el proceso que se realizaba el estudio se vio que los conductores no recargaban el vehículo y no se cumplía dicha reducción.
Los analistas sugieren que se mejorarían los datos si tuvieran una potencia mínima totalmente eléctrica obligatoria, además limitar el tamaño del depósito de gasolina e incorporar la obligatoriedad de carga rápida.
Así que si tienes un vehículo PHEV tienes que tener en cuenta que debes mantener la batería siempre cargada ya que si no se recarga o permanece en un estado de baja energía los elementos internos se podrán oxidar rápidamente y se pierda gran parte de su vida útil. La idea es que se utilice el modo eléctrico en desplazamientos cotidianos sin que el motor térmico intervenga y solo lo haga en caso de agotarse la batería, pero el inconveniente será un gran aumento de trabajo ya que debido al peso de las baterías es elevado lo que causa un aumento en cuanto a consumo y nivel de emisiones.